viernes, 25 de enero de 2013

Si Fernando Niembro fuera....

Si Niembro fuera....

miércoles, 23 de enero de 2013

100 kilos de grasa beligerante


Y al decirse que aquella escena era la misma de ayer y exactamente la de mañana, sintió el frío de una realidad sin vuelo que se daba todos los días, inevitable y monótona como el grito de un reloj”(*). Y es que eso nos pasa cada vez que prendemos ese canal del ojete y vemos que el comentarista sos vos, sorete.
Pasan los años, pasan los jugadores, pero aunque te hayas sacado el bigotito, seguís siendo el mismo antifútbol, el mismo desestabilizador, el mismo sorete revanchista. Lamentablemente aún no se ha cumplido ninguno de los cinco designios del EFQQ, y año tras año tenemos que seguir enfrentando la misma rutina que comienza así.
Algún día de Enero en la ciudad porteña, oscilando entre el exceso de aire acondicionado y los 45 grados de calor que hay en los subterráneos que nos transportan de nuestros hogares a nuestras jaulas de explotación, los equipos interrumpen sus pretemporadas para ganar algo de dinero con la televisión, y se da comienzo los partidos playeros. Los entrenadores alinean algunos jóvenes que no vamos a volver a ver en primera, algunos muertos que volvieron de algún club pedorro y que diez días después irán a parar a préstamo a un club más pedorro que el anterior, algún ex jugador que volvió a chorear unos últimos mangos, y que a pocos días del comienzo del torneo comenzará un sendero sin retorno de un desgarro tras otro para luego retirarse sin antes pasar por tesorería que alegando amor por la camiseta volvió del fútbol árabe/yanki/qatarí internacional de alto nivel, y bueno, también visten la casaca, al menos cada tanto, alguna nueva incorporación y algún que otro jugador digno de respetar. Ah! y por supuesto, siempre está ese señor desagradable, chupándole el culo a alguno de esos entrenadores que le dan notas, a algún jugador nuevo del cual probablemente tenga algún porcentaje del pase, y tirándole mierda a todo aquel que no se siente a su mesa de negociación.
Este verano 2013 no es la excepción, y parece que el nuevo objetivo de Don Fernando es bajar a Carlos Bianchi. Con desmesuradas críticas aborda una y otra vez el esquema del técnico más ganador de la historia de Boca. Eso sí, cual villano de película ha vuelto renovado en su léxico, para ocultar aún más su perversidad y su vil misión de destruir el fútbol ofensivo, y hoy día, traza una y otra vez la siguiente estrategia:
Cuando comienza el partido apela al siguiente enunciado “presenta un esquema clásico”; promediando el primer tiempo añade “un esquema clásico, estático”; para luego proseguir con “un esquema clásico, estático, sin sorpresa”. Ya en el segundo tiempo recurre a la comparación, y antepone “un esquema clásico, estático, sin sorpresa, previsible, con tenencia de balón” frente a “un sistema moderno, ágil, sorpresivo, flexible, que aprovecha los espacios”. Y así va tejiendo los más intrincados y siniestros artilugios, en su rol de comunicador y formador de opinión, para oprimir a los más desprevenidos y hacernos creer que todo equipo que juega con enganche, que sale a buscar y que desea jugar por abajo dándosela al compañero, es un equipo que está destinado al fracaso. Mucho más vivo, en cambio, es aquel equipo que resigna todo tipo de juego, se cuelga del travesaño y se la tira a un matungo para que capture un rebote, o bien para que la meta en una pelota parada.
Eso sos vos gordo sabandija cipayo traidor, 100 kilos de grasa beligerante y desagradable.

(*) Leopoldo Marechal

jueves, 10 de enero de 2013

Sub humanos

Encendí el televisor anoche y sintonicé Canal 7 con intenciones de ver el partido del seleccionado argentino sub 20, aunque con más intenciones de informarme por propios medios de qué tal juega el muchachito Iturbe quien hasta ayer era un futuro jugador de River, aunque parece que ahora es un futuro jugador de Racing, o quizás de los dos, gato de Schrödinger criollo y futbolero, quizás sea ahora un futuro jugador de un partido en cada uno, aunque sabiendo que en la realización futura, cuando deje de ser posibilidad para ser ser, eso será imposible (análogamente al calcular el valor esperado de una variable aleatoria que puede adoptar equiprobablemente el valor 1 o el valor 2, resulta inútil la sugerencia estadística de apostar por el 1,5). En el presente, cuando el devenir del pobre Iturbe es puramente potencia, jugará los primeros 45 minutos para un equipo y los segundos para el otro, e incluso llegará a anotar los dos goles de un empate 1 a 1, uno a favor de cada bando, logrando un hecho inédito en los anales del balompié mundial y por qué no galáctico, aunque si desconocemos la existencia o no de vida inteligente fuera de la Tierra difícilmente conozcamos las circunstancias de sus respectivos fútboles profesionales, si es que acaso existe el fútbol y el concepto de profesional en las eventuales civilizaciones de allende la Vía Láctea.
Uno se pregunta, a esta altura, para qué carajo sigue hinchando tanto las pelotas Racing en los sucesivos mercados de pases si en definitiva va a terminar dando asco y/o festejando desmesuradamente una campaña de 33 puntos con varios valles dramáticamente hondos (dicho esto sin ánimo de ofender a los lectores hinchas de Racing, a quienes apreciamos de todo corazón más por lectores que por hinchas de Racing). En fin, Argentina jugaba anoche en Mendoza frente a Chile (no se harán bromas en este espacio respecto de a quién correspondía la localía) alineando un muy cacareado equipo que presentaba figuras como el mencionado Iturbe y Centurión y Vietto, figuras del también mencionado Racing.
Quizás me esté volviendo viejo, pienso mientras bebo un sorbo de mi vaso de soda con hielo y Terma de limón. Lo que vi fue un grupo de mozalbetes con nula noción de conjunto, de clase, de pertenencia, de nada. Con nula noción a secas, diría. Un grupo de lúmpenes imberbes como los que se juntan en las esquinas porteñas a tomar alcohol y sustancia y que uno trata de evitar cruzando de vereda. Esos jóvenes que en las estadísticas demográficas figuran como que "ni estudian ni trabajan" y ante cuya existencia se indignan los Nelson Castros y otros paladines del Bien. Once pibes puestos ahí, cada uno pensando en obtener el balón (sin hacer un gran esfuerzo para obtenerlo por sus propios medios) para lucirse, entendiendo por lucirse lo que entienden los que no saben nada de fútbol: peinarse con gel, gesticular, correr rápido y patear fuerte. La desvirtuación del fútbol llevada a cabo por el imperio del espectador televisivo que sólo ve lo que le muestra la cámara en plano corto. Y, pienso, que no es acaso culpa de estos muchachitos sino que es una consecuencia de la sociedad capitalista. Porque los changos son nacidos y criados en plena fase global del capitalismo (algún autor definióla alguna vez de un modo más elegante, pero no recuerdo ahora ni el término ni el autor). Y también en plena obsolescencia de un sistema educativo. Las circunstancias les quitan todo poder de razonamiento, la sociedad les inculca la persecución del dinero como única finalidad y como sinónimo de autorrealización.
Pero este es un blog de fútbol y dejaremos las discusiones sociológicas como materia para conversar tomando un feca con amigos, es decir como materia fecal. El partido fue horrible, los jugadores argentinos mostraron ningún manejo de fundamentos básicos como descargar el balón, mostrarse como alternativa de pase para sus compañeros. Y perdieron contra otro equipo de mierda, valga la aclaración, que llevó a cabo un vulgar planteo que seguramente será catalogado como inteligente y que nosotros traduciremos como defensivo. Sólo algunos chispazos conceptuales de Ruiz, el jugador de San Lorenzo que fue eje de un par de acciones positivas, y algo de Allione, el de Velez que entró en el segundo tiempo y metió tres buenos desbordes con centro atrás incluido pero que no respetaron aquel axioma fattigatiano que hubiese implicado la consecución de un gol y medio. El resto, fiel reflejo del fútbol local. Jugadores sin concepto (lo que quiere decir sin docentes). Bien lejos de aquellos buenos seleccionados comandados por el bonachón Pekerman. Dirán que con menos materia prima que aquellos, pero no estoy tan seguro. Taxi Driver parece ser un buen maestro, lo está demostrando ahora en Colombia con profesionales más dóciles que en Argentina (con excepción de Teo Gutiérrez, el gangster del paintball). Forjó equipos campeones con menos talento que el actual, recordar aquél de Panchito Guerrero, Biagini, Coyette y otros MIAs. Y, hombre acostumbrado a manejar un 504 GNC, cuando tuvo un alta gama no lo chocó sino que lo hizo lucir. 
Vaya pues a modo de conclusión desde este espacio el más enérgico repudio a: a) los actuales responsables de la formación de los jóvenes futbolistas argentinos; b) los empresarios que hacen negociados con los pibes (es un pibe, diría entre llantos un desconsolado Sanfilippo); c) los periodistas alcahuetes a sueldo de los empresarios y buitres de los futbolistas; d) los dirigentes improvisados e ignorantes; e) la AFA; f) la NASA; g) la OTAN; h) Mauricio Macri.
Mejor me voy a jugar a las bochas.