viernes, 15 de febrero de 2013

La guía EFQQ del Torneo Final 2013

Nota: este post fue escrito en un 80.81% antes de la primera fecha.

Como su nombre lo indica, es el Torneo Final el encargado de iniciar este nuevo año futbolístico. Sin ninguna pretensión informativa; es más, con una falta absoluta de información (llegando a no poder enumerar más que un par de jugadores de algunos equipos) es que EFQQ brinda esta guía definitiva dedicada a orientar a sus lectores en el imprevisible universo del balompié.
Presentamos a continuación, renunciando a todo reclamo de originalidad, una reseña y un vaticinio sobre cada uno de los 20 participantes (en orden alfabético y con la ayuda del diario Olé dado que tampoco podría enumerar los 20 equipos sin ayuda):

miércoles, 13 de febrero de 2013

Times new Roman (*)


Volvió el 10, el genio supremo, aquel que ve y ejecuta el fútbol de otra manera, el máximo ídolo de la historia xeneize. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Lo que deja la 1ª Fecha

Transcurrida la primera fecha del Torneo Final 2013 copa (elija un nombre nacional y popular) de la AFA, se vislumbran las siguientes cuestiones.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Uruguayo por liebre

Uruguay es una provincia un pequeño país a orillas del Río de la Plata. Se estima que su población ronda los 3,25 millones de habitantes. Lo que atañe a este artículo es dirimir la siguiente problemática: si los 3,25 millones de habitantes juntaran hojas, maderas, leña y carbón para cocinar los famosos chivitos uruguayos, y un fuerte viento proveniente del noreste trajera todo el humo generado por los asadores al puerto de Buenos Aires... ese humo, sería aún más grande que el generado por la prensa argentina por el goleador centrofoward Santiago Silva?

martes, 5 de febrero de 2013

El crucero del terror (basado en hechos reales): Parte I

Prefacio

Faltaban apenas diez minutos para las 5 de la tarde, hora de partida, y El Gordo Firulete alternaba miradas impacientes entre su Rolex de oro con la cara de Perón dibujada en el cuadrante y su acompañante, El Turco Hassim, que fumaba en silencio mientras contemplaba las grúas gigantes que en las dársenas contiguas repetían, quejosas por los años y la falta de lubricante, su faena de carga y descarga de contenedores, símbolo de esta Argentina que crece y crece.
La elevada temperatura (50ºC) sumada a la penetrante humedad porteña y a la escasez casi total de sombra que imperaba en el puerto de Buenos Aires hacía estragos en la humanidad del Gordo Firulete, mole de 205 centímetros de alto y casi un tercio de tonelada de peso. Ampliamente valorado como mano de obra apta para dirimir cuestiones sindicales, politiqueras y demás yerbas, cuenta la leyenda que Marcelo Ercilio Stambuzzi (tal su nombre cristiano) supo fugarse alguna vez del penal de Caseros, donde purgaba una condena por violación de un cura villero, comiéndose, así sin más, al guardia del turno noche. Precedido de tal reputación, Firulete abrióse paso como referente del paraavalanchas del Sportivo Argentino hasta llegar a ser  cabecilla indiscutido y objeto de veneración entre los guachines de los barrios bajos de Avellaneda. Su imperio de terror a mando de Los Matayutas (hinchada del Sportivo) se prolongaría por varios años, llevando felicidad, paz y prosperidad a los suyos.
La historia de Abdul Hassan Hassim es más interesante: llegó al lugar en el que ahora se encontraba en un carguero como los que ahora observaba en silencio a mediados del año 2003. Nacido y criado en la frontera entre Afganistán y Pakistán, a los 8 años ya sabía disparar un fusil y a los 11 manejaba el lanzagranadas con destreza proverbial. A sus 15 años se lo conocía en todo Oriente Medio como El Zar del Opio. La invasión norteamericana en 2001 desbarató los sueños de progreso del joven emprendedor, quien además caería prisionero de las tropas imperialistas. Su destino inmediato sería Guantánamo, donde soportó vejámenes demasiado escabrosos como para detallar aquí. Pero Abdul nunca fue un pájaro nacido para vivir enjaulado. Armado únicamente con una caja de 200 fósforos huyó de su cautiverio asesinando a un par de docenas de Marines. Lamentablemente para El Turco, y mal entendida viveza del fabricante mediante, la caja no contenía 200 sino 198 fósforos. Por esa razón en los últimos metros de su carrera a la libertad perdió dos dedos de la mano izquierda y la lengua, lo que explica su silencio en aquella calurosa tarde del puerto de Buenos Aires, junto al Gordo Firulete. Hombre habituado a vivir al margen de la legalidad, pronto se sintió muy a gusto en su patria adoptiva. A los pocos meses ya tomaba mate, escuchaba tango, participaba con gran éxito en salideras bancarias y comenzaba a despuntar su simpatía hacia el glorioso Sportivo Argentino. También avispado hombre de negocios, no tardó en identificar la fenomenal oportunidad de hacer dinero fácil que presentaba el balompié en las pampas, y vio por primera vez en su vida la formidable chance de combinar pasión con incremento patrimonial. Planteóse entonces dos alternativas: convertirse en intermediario o en barrabrava. Desechó la primera por considerarla inmoral.
Hay personalidades que son demasiado fuertes como para coexistir en un mismo medio. Como el agua y el aceite, como el Diego y Pelé, como Moria Casán y Graciela Alfano, como los tenistas argentinos en la Copa Davis. La popular del Sportivo era demasiado chica para El Turco y Firulete.
Así ubicamos pues a estos dos colosos una tarde de verano en un puerto, rodeados de turistas con valijas, cámaras de fotos y cierta cara de asombro, esperando la hora de partida del Ensueño del Caribe, que los llevaría durante 30 días a la impunidad de las aguas internacionales para que puedan, como verdaderos hombres que son, dirimir sus asuntos.