Seis partidos transcurrieron ya para River en el Nacional B, tiempo prudente para intentar esbozar algunas conclusiones, agotado el desmesurado entusiasmo que significaron las primeras victorias y prescindiendo también del fatalismo de, por ejemplo, el diario Olé (quien tituló que River puede quedar por primera vez fuera de las posiciones de ascenso directo, y que los nervios comienzan ya a apoderarse de todos ante el inminente cataclismo).
Bien, yendo a lo que nos compete y sacando chapa, puede decir este servidor que varios de los pronósticos por el vertidos en este espacio se están verificando. En especial, el que compete al entrenador. Veamos:
El inicio del campeonato, como se dijo, fue razonablemente bueno. River se deshizo sin mayores complicaciones de 3 rivales marcadamente inferiores, apoyado principalmente en el talento de sus jugadores de mitad de cancha hacia adelante. Comenzaron a verse en aquellas presentaciones, sin embargo, algunas fallas preocupantes no por la naturaleza de las fallas en si sino por lo recurrentes, a saber: deficiente traslado del balón entre la última línea y el volante central, falta de recuperación y lentitud en su zaga central.
El partido contra Quilmes supuso el primer enfrentamiento contra un equipo con aspiraciones de ascenso. El equipo dirigido por Caruso Lombardi implementó una inteligente estrategia consistente en presionar sobre la salida millonaria y pegar patadas ante la permisividad del estúpido Lunati. Algo positivo de ese partido fue el carácter para no dejarse pisotear (al menos no literalmente) por el rival. En el haber (que es donde se registran las deudas, no en el debe como se suele creer) quedó, entre otras cosas, el horrible partido del triángulo formado por los dos backs y el half central, quienes perdieron la inmensa mayoría de las pelotas que intentaron jugar con prolijidad. Desde este espacio oportunamente se mencionó la escasa pericia de la mano de obra riverplatense para esas faenas. Lamentablemente, el entrenador no pensó lo mismo y continuó con la misma tónica el siguiente partido, contra Defensa y Justicia.
Si me hubiesen preguntado qué cosas estaba dispuesto a perdonarle al "Pelado" Almeyda en su incursión como DT habría dicho "que le metan goles a partir de un corner a favor, poner a Andrés Ríos de doble cinco, poner a Andrés Ríos de único cinco, poner a Funes Mori en cualquier posición, que delanteros cuya existencia hayamos olvidado nos metan goles". Bueno, todo eso pasó en un sólo partido: el mencionado contra los de Florencio Varela. Aquí se vio un síntoma inequívoco: la perdida del timón por parte del entrenador.
Para encarar el siguiente match, contra el humilde Deportivo Merlo, Almeyda sacó a relucir el manual del "Cholo" Simeone y empezó a hacer, decididamente, cualquier cosa: cambio del esquema con el que se viene trabajando desde hace un trimestre, los jugadores en posiciones inverosímiles (Sánchez y Ocampos como laterales volantes es tanto una amputación del ataque como una invitación al contraataque rival por las bandas, Aguirre totalmente desperdiciado como cuasi enganche) y, creer o reventar, ninguna corrección sobre los mismos desajustes exhibidos desde la fecha 1 y aquí enumerados. ¿Resultado? Además de las dificultades en las salidas, del equipo partido y de la escasa recuperación, un bajísimo vuelo ofensivo (novedad total hasta el momento).
Para encarar el siguiente match, contra el humilde Deportivo Merlo, Almeyda sacó a relucir el manual del "Cholo" Simeone y empezó a hacer, decididamente, cualquier cosa: cambio del esquema con el que se viene trabajando desde hace un trimestre, los jugadores en posiciones inverosímiles (Sánchez y Ocampos como laterales volantes es tanto una amputación del ataque como una invitación al contraataque rival por las bandas, Aguirre totalmente desperdiciado como cuasi enganche) y, creer o reventar, ninguna corrección sobre los mismos desajustes exhibidos desde la fecha 1 y aquí enumerados. ¿Resultado? Además de las dificultades en las salidas, del equipo partido y de la escasa recuperación, un bajísimo vuelo ofensivo (novedad total hasta el momento).
Y así llegamos hasta el presente. ¿Por qué decidí analizar todos los partidos y no sólo los últimos, siendo este un post crítico? Porque justamente creo que el error está más en lo dinámico de la serie de encuentros que en lo estático del planteo de algunos individualmente, más en la película que en la foto. Lo que preocupa es no corregir lo malo y modificar lo bueno y, fundamentalmente, abandonar las convicciones ante el mínimo traspié. Eso demuestra falta de inteligencia, de seriedad y de responsabilidad.
Intentemos no ser el Racing de la B, el mejor plantel puesto en manos de un incapaz. El simio que dirige a "la Academia" ya es incurable, lo lamentamos quienes disfrutamos de los buenos jugadores y sus propios hinchas. La duda es: ¿puede Almeyda seguir sus pasos?
Se viene ahora Gimnasia y aventuro este pronóstico: vuelta a las fuentes o pérdida del invicto.
Intentemos no ser el Racing de la B, el mejor plantel puesto en manos de un incapaz. El simio que dirige a "la Academia" ya es incurable, lo lamentamos quienes disfrutamos de los buenos jugadores y sus propios hinchas. La duda es: ¿puede Almeyda seguir sus pasos?
Se viene ahora Gimnasia y aventuro este pronóstico: vuelta a las fuentes o pérdida del invicto.
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