El Fútbol Que Queda sale del ostracismo para
comentar grandes eventos del mundo futbolístico, y otorgarle a su querido
lector, una visión alternativa de lo acontecido en el último tiempo.
Lo que Hitler no pudo…
Lo hicieron el Bayern y el Dortmund al invadir
Londres y desplegar un fenomenal desfile de guerreros legendarios para mojarles
la oreja a los ingleses culorrotos que se quedaron con la sangre en el ojo.
Los que se sumaron a la transmisión emitida por
el canal Fox Sports tuvieron que tolerar el discurso pedorro vendepatria del
relator de turno, a la altura de “todos esos caretas que se van a Europa y
vuelven diciendo ‘porque allá en Europa…’”. Marianito no ahorró elogios para los
alemanes que viajaron a Inglaterra sin destrozar las instalaciones y matar
inmigrantes y judíos a mansalva, destacó su caballerosidad y deportividad a
toda hora; también laudó y glorificó a la organización, a la buena educación
europea con sus buenos modales y buenas formas y bla bla bla. Lo que omitió
Marianito, o no se percibió en su relato, es si los relatores de fútbol de allá
también le pegan a las mujeres como acá, o si son un poco más disciplinados.
Ñuls y ñuls
El conjunto rosarino parece despegarse del
torneo doméstico ante los irregulares Lanús y River. Además venció por penales
al club de la ribera en los 4tos de final de la copa, y dado que a mi juicio
quedan tres equipos medio pelo, es candidato a ser campeón.
Lo que se ignora es quien está más feliz con
esta última situación, si los jugadores e hinchas de la lepra o los periodistas
ávidos de sangre por saltar al cogote de Bianchi.
Mala leche
Con los últimos partidos de Racing y Boca, se
ha verificado lo que muchos venimos afirmando, el staff del periodismo
deportivo argentino tiene aproximadamente un 90% de periodistas mala leche.
Fuerza Pacini
El a esta altura ídolo de la casa por trabajar
para Fútbol para todos y para el diario La Nación, Fernando Pacini, continúa dando muestras
de carácter al impedir el subyugo y sometimiento de su persona frente al
obsecuente lameojete de Lázaro Silverman (también conocido como Marcelo Araujo).
Lo contradice y le retruca en numerosos accionares del partido, a través de los
cuales Marcelito pretende hacer algo así como un simposio de lo que está bien y
lo que no está bien en la vida y discursearnos con pelotudeces.
Celebramos y enaltecemos la conducta de Pacini, y
nos mantenemos a la espera de que un día de estos, finalmente lo cague a
trompadas y patadas en el orto