miércoles, 25 de enero de 2012

Un posible curso de acción


O canhoneiro da Olavarria

La semana pasada nos desayunamos con una noticia que no pudo más que alegrar a todos los amantes del balompié de fina estampa: el genial volante Matías Abelairas desplegará su talento en las filas del Vasco da Gama. Atrás quedaron los días aciagos de incomprensible ostracismo en River, y de la fallida prueba en el Rangers escocés, debido esto último seguramente a un exceso en la ingesta de scotch por parte del cazatalentos de turno del club de Glasgow: será ahora el Brasil el destino ¿final? de uno de los tantos incomprendidos que ha parido nuestro fútbol. La misma torcida que disfrutó a jugadores de la talla de Bebeto, Roberto Dinamite, Romario y aún en estos días de ese gran shoteador que ahora quedará irremediablemente eclipsado y que juega bajo el alias de Juninho Pernambucano, tendrá ahora el privilegio de disfrutar con los amagos, las gambetas y los envíos envenenados de este maravilloso futbolista.

Alexis Sanchez haciendo lo que muchos riverplatenses desearían

Ahora bien, imaginemos este posible curso de acción...


Al igual que Conca, Montillo o el Bottinelli menos conocido, Abelairas explota en el fútbol del Brasil por motivos difíciles de explicar. Pronto y gracias a sus goles y su visión de juego se vuelve ídolo de la torcida del Vascão, y la camiseta con el número 38 en la espalda asciende a los primeros puestos en la venta de merchandising, sólo superada en principio por las de Ronaldinho o Neymar. En su primer campeonato, el club carioca se consagra campeón con varios puntos de diferencia respecto de sus perseguidores y Abelairas resulta el goleador del certamen, resaltándose especialmente entre sus conquistas el gol conseguido ante el Flamengo que daría al conjunto cruzmaltino el triunfo agónico en el Clásico dos Milhões. Las tapas de las principales publicaciones futboleras del vecino país se preguntan cómo es posible que semejante jugador no haya encontrado asidero en su patria. Una editorial en el diario Lance! abre la polémica: ¿puede Abelairas vestir la verdeamarelha? No tardan en llegar rápidas desmentidas e incluso alguna declaración mordaz de, cuando no, O Rei Pelé.

Segundo año en el Brasil y las cosas siguen viento en popa para el zurdo volante olavarriense que, ahora premiado con la capitanía, conduce al Vasco a la segunda ronda de la Copa Libertadores al tiempo que sigue a paso firme en el Brasileirão. Declara a O Globo ya con algún dejo de acento carioca: "Mi sueño es lograr el bicampeonato y ganar la Copa Libertadores ganándole al Flamengo y a Boca". Dicho y hecho. Luego de humillar en semifinales al otro coloso de Río de Janeiro, en un partido que incluyó como postre la expulsión de un Ronaldinho que no soportó una combinación caño de suela-lambreta del argentino, llega el turno de enfrentar a Boquita, el nuevo rico del certamen continental. Habiendo calentado la previa de la final con declaraciones del estilo "ellos ven una banda y se asustan" (a propósito de la similitud entre las dos camisetas que supo vestir, en una entrevista otorgada a un extasiado Fernando Niembro), MA38 descolla, convierte una vez más el gol del campeonato y no tiene mejor idea que ir a gritarlo de cara al palco habitado por Diego Maradona. Este gesto, más que la consecución del título, le vale ahora si la estima de Edson, quien afirma a la publicación France Football "Maradona ni siquiera es el mejor jugador argentino, antes están Di Stéfano, Moreno, Pedernera, Messi y Abelairas".

El segundo semestre no sería peor y traería bajo el brazo un nuevo Brasileirão para el Vasco bajo un influjo cada vez mayor del Pitu. Ya quedan pocas dudas acerca de quién es el nuevo rey del futebol: ese barómetro de la efervescencia popular que es el merchandising indica que la camisa 38 del Vascão ya supera en ventas a la 11 del Santos y a la 10 del Fla. El lobby periodístico (que también existe en el país hermano) exige la nacionalización y convocatoria de Ze Matias (tal su apodo ahora) para el mundial 2014, haciendo notar que no hay recambio natural para Kaká. Gestiones gubernamentales mediante, el exargentino consigue su pasaporte (los funcionarios de Cancillería involucrados luego serían acusados de irregularidades  y obligados a renunciar en medio de un escándalo público, ese destino tan popular entre los funcionarios brasileños y que aquí no ocurre nunca porque todos los funcionarios, periodistas y jueces son re honestos) y lo muestra sonriente en la portada del Lance!. También es tapa de Olé con su declaración "Por mis venas corre sangre carioca". El infame periódico publicaría en su versión online el video de la entrevista donde se puede escuchar a un Ze Matias hablando con el español con dificultad y un notorio acento portugués.

Junio de 2014. Tensión. Mano Menezes debe dar la lista de 23 hombres que conformarán el staff que intentará lograr el sexto campeonato del mundo para el rico fútbol brasileño. Finalmente, el nombre que todos querían escuchar está en la lista. Explota Río: el héroe de media ciudad estará en la cita máxima.

Comienza el mundial. Brasil sortea sin mayores dificultades la primera fase. Ze Matias disputa sólo algunos minutos en el tercer partido, ya con todo definido, sin demasiado para destacar. Pasan los octavos, los cuartos y la dura semifinal ante Alemania, todos obstáculos superados con éxito por la verdeamarelha sin requerir los servicios del Pitu.

Final: Argentina, el rival de toda la vida, espera. De la mano de un genial Messi llega a la cita en el Maracaná luego de despachar al campeón España en una recordada semifinal que tiene como detalle saliente los goles número 62 y 63 convertidos por Lio a Iker Casillas, conformando de esta forma un nuevo récord de paternidad delantero-arquero. Inédita asistencia en el Maracaná: cientos de miles de almas se congregan para presenciar este partido de todos los tiempos. El entrenador Sabella dispone este once inicial: Romero; Cellay, Alayes, Schiavi, Desábato, Insaurralde; Mercado, Braña, Mascherano, Rojo; Messi. Por el lado de Brasil: Julio Cesar; Maicon, Lucio, Thiago Silva, Marcelo; Dani Alves, Lucas Leiva, Kaká, Robinho; Neymar, Pato. En el banco, con el dorsal 23, espera su turno pacientemente Ze Matias.

Partido luchado, Brasil intenta pero Argentina, guiada por el espíritu guerrero de sus futbolistas, resiste y apuesta sus fichas a alguna genialidad de su único delantero. El correr de los minutos sin novedades en el score acrecienta el murmullo nervioso en las gradas. Un grupo de torcedores empieza a pedir primero tímidamente y luego con más énfasis el ingreso del dos veces MVP del Brasileirão. Minuto 75: una dura entrada de Mercado (hombre de tanta gracia como cuello) deja fuera de la cancha a Robinho. El cartel luminoso en las manos del cuarto árbitro enciende de pronto al apagado coliseo futbolístico: Abelairas a la cancha. Pese al entusiasmo inicial, es poco lo que hace el argentino naturalizado brasileño. Parece además algo mareado luego de refrescarse con un par de tragos de agua de un bidón gentilmente acercado por un colaborador del cuerpo técnico rioplatense. Hasta que...

Minuto 90. Ze Matias recibe el balón de Neymar en tres cuartos de cancha. Pone el balón bajo Su Suela Izquieda y enfila hacia el área. Supera con facilidad sendas zancadillas de Mascherano, Rojo e Insaurralde (en ese orden). Entra al área. Se dispone a shotear y...

Penal. Doble infracción cometida en simultáneo por Braña y Desábato quienes golpean ferozmente con sus tapones la rodilla derecha y el maxilar izquierdo de nuestro protagonista respectivamente. Ambos se van expulsados (Desábato además queda detenido al verificarse que posee antecedentes penales). En un acto que acarrea un indescriptible valor (como aquella vez que marcara un doblete clave ante GELP en un Monumental sediento de sangre - partido al cual pertenece la foto que ilustra este post), es el propio Abelairas quien rechaza la asistencia médica, toma el balón en sus manos (Sus Manos) y camina lentamente hacia el punto del penal. Millones de familias separadas por la Triple Frontera (en Paraguay el rating también es altísimo) se congregan plagadas de expectativa frente a sus recientemente comprados televisores LED. Los unos esperando el júbilo máximo, los otros invadidos por un odio enfermo concentrado en la figura del pateador, los restantes consumiendo tereré y añorando épocas de mayor brillo conseguido de la mano del bravo José Luis Chilavert. Ze Matias toma carrera. Mariano Closs repite su frase-mufa "recto a la pelota" en una cabina de transmisión. Se acerca furioso al esférico. Anuncia, quizás demasiado, el remate cruzado al palo izquierdo del arquero. Hacia allí va Sergio Romero. Pero, ¡oh genialidad!, Abelairas pica la pelota, que ingresa mansa por el medio del desguarnecido arco.

El Brasil se rinde a los pies de su novel monarca, integrante ahora del selecto olimpo que comparte con Pelé, Garrincha, Socrates, Falcao, Ronaldo y algunos otros verdaderos fenómenos. En la Argentina, donde el matutino Olé titula "Asi voce me mata", todo es desolación y furia. La familia del futbolista debe ser evacuada minutos después de finalizado el encuentro en un operativo conjunto entre el Bope y el Grupo Halcón que los deposita temporalmente en la embajada brasileña, desde donde un helicóptero custodiado por cazabombarderos los llevaría finalmente a Río. El honor nacional había quedado mancillado. Sólo sería vengado muchos años más tarde, con una memorable actuación de Benja Agüero Maradona, en el mundial Argentina 2042, evento que sería utilizado además por el presidente Máximo Saúl Menem Bolocco como trampolín de la Patria hacia aquel primer mundo añorado por su padre. Claro que Ze Matias no viviría para verlo: muere unos años antes como consecuencia de una cirrosis hepática, en su humilde casa en la Rosinha, sumido en la más profunda de las pobrezas.

Dedicado a un asiduo lector del blog que me introdujo al mundo de estas boludeces

2 comentarios:

  1. Admiro tu pluma para escribir estas cosas. Felicitaciones. Aunque admito con horror, que la alineación de "fantasía" de Argentina para la final es lo más cercano a la realidad de todo tu relato. En fin, así estamos.

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