La frase del título mucho no la entiendo, uno concluiría
de aquello que en el mundo se suscitan innumerables situaciones que se
catalogan como ‘bienes’ de entre las cuales sólo una porción de ellas
desembocan -o devienen- en situaciones denominadas ‘males’. Además, nos diría
que todo lo malo, tiene como causa algo bueno, mas no todo lo bueno tiene como
consecuencia algo malo.
Ahora bien, el dicho popular, siendo que la
mayoría de la población no practica con rigurosidad la lógica aristotélica, se
enuncia cuando tenemos una buena y una mala noticia al mismo tiempo, o una mala
que deriva en una buena (como cuando se lesionaba Cellay y jugaba un defensor
como la gente), o una buena que deriva en una mala.
La cuestión es que la empresa koreana Konami,
productora del famosísimo jueguito de Play Station (‘estación de poder’ RI
dixit) Winning Eleven (PES), ha confirmado para la versión del juego 2013/2014la inclusión de la liga argentina. Esta maravillosa noticia hará desempolvar la
consola y retomar el uso intensivo del joystick, luego de varios años de
ostracismo en el ambiente gamer.
No obstante, la posibilidad de jugar con Boca
en la Bombonera
y con Román en cancha, se ve tristemente empañada por la desagradable noticia
del abominable y nauseabundo audio que saldrá por los parlantes de la tevé.
Ahora bien, porque en EFQQ todo está escrito
con maestría, aquí entra en juego la frase del título, porque en una nueva
muestra de que los koreanos no entienden un carajo de fútbol, los muy pelotudos
eligieron: a) al sorete golpeador de mujeres de Marianito Closs para el audio
de los relatos, y b) al hijo de un tren cargado de putas de Fernandito Niembro
para los comentarios pedorros. ¡Qué noticia de mierda!
Igual, algo hay que decir a favor de los
koreanos, imagínense ustedes si hubieran elegido a Julio Ricardo. Los tipos
hubieran gastado 53 mil horas en un estudio de grabación para que el viejo
dejara de decir Juan Ramón Riquelme y dijera correctamente el nombre del crack.
Además, tendrían que haberle pasado unas 300 veces la misma jugada para que
finalmente dijera que fue mano de Marino en el gol contra Ñuls en cancha de
boca. También se hubiera confundido un Racing-River con un Argentina-Perú. En
fin, una variante no del todo eficiente.
Desde este espacio hubiéramos optado por un
relator del estilo Miguel Simón, y en caso de un marketinero por qué no el
pollo Vignolo, lameculo de los jugadores, pero al menos por ahora, desafectado
de la lista de los mala leche.
Por supuesto que el comentarista hubiera sido
Horacito Pagani, un auténtico puteador. Pensar que la consola podría proferir y articular las
más elaboradas injurias al momento de errar un mano mano, o que podría recitar
algún tango si el partido se tornase aburrido, nos hace creer que hubiéramos podido obtener algo un poco más divertido del juego .
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