jueves, 11 de agosto de 2011

Mercado de pases: ay, River

La política de contrataciones claramente ha sido uno de los puntos más deficientes de las últimas gerencias de mi querido CARP. Desde aquel receso invernal lejano y fatídico en el que arribaron a la institución jugadores de tercer o cuarto nivel como San Martín, Talamonti o el chileno Álvarez hasta la reciente y solitaria incorporación del fantasmagórico Bordagaray, pasando por innumerables "apuestas" con tufo a negociados, quienes condujeron y conducen River han procurado desmantelar y vaciar sistemáticamente el célebre fútbol del insigne club.

Con motivo del  reciente y oprobioso descenso, la gerencia capitaneada por el gran DAP se afrontó al desafío de conformar un plantel para competir en una categoría desconocida. Inmediatamente los medios hegemónicos plantearon una dicotomía: ¿debe River reforzarse con jugadores de trayectoria en el ascenso o acaso contratar jugadores identificados con la élite del fútbol? Afortunadamente, y pese a las contraindicaciones de numerosos catedráticos, se optó por conformar un equipo "de primera". Ahora bien, tomada con buen tino esa decisión y liberados del potencial hecho de ver con la banda roja a valores tales como Bazán Vera, vino la etapa de la ejecución. ¿Cómo nos fue? Veamos:

La primera decisión, ciertamente arriesgada, en momentos donde el pueblo millonario pedía sangre, fue la contratación como entrenador del "Pelado" Almeyda. Es decir que se optó por un entrenador debutante, contaminado con el smog emanado por las chimeneas del descenso y que como jugador demostró una enjundia notable, pero también una falta de criterio, inteligencia y responsabilidad alarmantes, sumado a una tendencia irreversible a la venta de humo. Extraño primer paso.

Continuó la historia con buenas nuevas para el hincha riverplatense: las vueltas de Cavenaghi y Domínguez. Claro que estas tuvieron más que ver con la voluntad de los propios futbolistas que con las gestiones de los popes millonarios, pero de alguna manera lograron apaciguar los ánimos de la turba. La corporación mediática se mostró también algo más condescendiente con la cúpula de la institución, mutando así la furia del simpatizante en algún tipo de esperanza. Por esos días llegó también un Agustín Alayes cuyo estado físico es una incógnita.
 
Pero otra vez, la máquina de hacer abominaciones futbolísticas dijo presente: la subasta del principal valor surgido en años de las entrañas de River, Erik Lamela. "Coco" representa para quien escribe lo que debe ser un jugador millonario: talento, inteligencia y valentía. Todo eso en un mocoso de 19 años, que se cargó al hombro un equipo de troncos, estúpidos y timoratos en un momento aciago. Definitivamente, era el último del cual desprenderse. Se extrañará su fútbol.

No contentos con el recorte de talento joven realizado hasta aquel momento, también se dejó partir al promisorio Lanzini. A cambio vinieron desde la linda Mendoza dos calvos volantes de buen desempeño en los últimos campeonatos: Martín Aguirre y Carlos Sánchez. Queda el crédito abierto para ellos, pero sin dejar de imaginarlos en un papel de segundo orden.

Ya llegando al final, otra decisión incomprensible: el trueque de laterales rosarinos. Paulo Ferrari ha demostrado tener graves falencias de concentración a la hora de marcar y una irritante tendencia a cerrar la cancha cuando pasaba al ataque. Pero demostró tener un empuje admirable, una técnica considerable y una saludable tendencia a anotarse su nombre en el score. Se lo dejó ir, y a cambio el otrora leproso Luciano Vella trajo su facha de drogadicto y sus escasos antecedentes al Monumental. Trueque desigual.

Quedan escasos días para los últimos movimientos. Habiendo quedado en humo los arribos del interesante paraguayo Estigarribia y del extraño Leo Ponzio, sólo queda lugar para alguna incorporación "sorpresa" que sugeriría no hacer. ¿Qué nos ha quedado? Un plantel claramente descompensado: superpoblación de centrales de similares características, carencia de volantes centrales, falta de laterales de nivel, ausencia de volantes centrales, privación de volantes ofensivos y una delantera de lujo pero con escaso recambio. Comandados por un entrenador del cual sólo espero éxito como consecuencia del unánime rechazo de la prensa a su designación (sabido es que la cátedra suele equivocarse feo a la hora de los pronósticos).

No quisiera entusiasmarme demasiado. También es cierto que, a nivel individual, River es más que sus rivales. Quedará en el imprevisible Almeyda conformar un buen equipo. ¿Cómo le irá? Para enterarse de ese primer paso, sintonice el próximo miércoles este blog, a la misma batihora y por el mismo baticanal.

4 comentarios:

  1. Me parece, si no me equivoco, que Aguirre viene desde Olimpo... por lo menos eso creo.
    Saludos.
    Buen blog.

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  2. Me corrijo, viene desde Mendoza, aunqeu estuvo a prestamus en Olimpo... no tenía claro a quién pertencecía.
    En todo caso el decidirá si pasar por Mendoza o venirse directamente de Bahía... le va a hacer unos cuantos km al tutú.
    Salu2

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  3. Gracias por tus comentarios. Teniendo la dicha de no ser periodistas, la información fidedigna no es nuestro fuerte. Yo que Aguirre pasaría por Mendoza y traería alfajores

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  4. Yo le pediria unos vinitos de mendoza, despues si consigue alfajores que tambien traiga.

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