viernes, 19 de agosto de 2011

Volvió el fútbol

Así es, superado aquel espantoso comienzo de la primera fecha, reapareció ese juego que tanto nos emociona.
La semana estuvo cargada de sospechas sobre la renuncia del actual entrenador xeneize. Por si el conjunto boquense no lograba una abultada victoria, la prensa ya tenía el dedo acusador sobre el culpable de siempre: Juan Román Riquelme. Dirían que estaría peleado con el técnico, que habría confabulado con sus amigos Lucas Viatri y Clemente Rodríguez para que el equipo perdiera y de este modo JCF estuviera contra las riendas. Alegarían una desestabilización del vestuario por la falta del líder positivo (concepto curioso si los hay) que supo ser (siempre según la prensa) el gran Martín Palermo, etc.
Sin embargo el fútbol, dijo presente, y cuando utilizo el término ‘fútbol’ el procesador de texto me sugiere el sinónimo ‘Juan Román Riquelme’.

  • Primer gol - El director de orquesta

Desde el comienzo el 10 comandó la batuta ofensiva del cuadro azul y oro. Atacar por la derecha, atacar por la izquierda, volver para atrás, tocar al medio, dame que te doy, tomala vos dámela a mí. Román se movió como pez en el agua a lo largo y a lo ancho del campo haciendo jugar a todos sus compañeros. El gol apareció al minuto de juego mas no en la primera jugada, la apertura del score llegó como consecuencia de varios toques y de un equipo que presionó en campo rival, moviendo a sus jugadores de modo tal que Clemente aparecera en posición de wing izquierdo, Román desbordara, Erviti pisara el área y Viatri definiera. Desde allí hasta el final del primer tiempo la orquesta siguió ejecutando su pieza, su líder siguió dirigiendo, y algunos solistas –Clemente- tuvieron sus compases para lucirse.

  • Segundo Gol – La pausa

Aquí el crack xeneize nos enseña otra de sus características: la pausa. Esa que tan difícil resulta observar en otros jugadores del fútbol mundial. En esta oportunidad, el topo gigio apareció por la izquierda tras el recupero de Viatri y cuando cualquier otro jugador hubiese encarado y descargado hacia la derecha, él avanzó con su marca registrada: pelota dominada y cabeza levantada, esperó que el recientemente ingresado Colazo le pasara como una ráfaga de aire fresco por su costado, y le sirvió la pelota para que este tirara el -nunca bien ponderado- centro atrás para que el nombre de Lucas Viatri se escribiera nuevamente en el marcador.
Párrafo aparte merece el pase de Román. Con pequeñas somos testigos de su grandeza. El pase en esa circunstancia no se realiza al pie y tampoco se le da el pase al jugador para que este encare al defensor rival. Se espera al compañero en busca de una superioridad numérica y se le da el balón a la carrera para que este toque el balón sin necesidad de dominarlo, precisando de un solo tiempo para ejecutar la jugada deseada.

  • Tercer Gol – La pegada

Su exquisita pegada quedó registrada en el tercer gol –golazo- que marcó el club de la ribera. Un observador agudo no sólo se queda con esta destacada característica sino también con la pausa que el jugador realiza antes de patear. La jugada se desarrolla con un ataque por la derecha que Pablo Mouche –pronúnciese Mush- cambia modifica al ver al 10 solo por la izquierda. Nuevamente el hincha promedio pedirá una corrida fenomenal y un disparo fortísimo al cuerpo del arquero. ¿Qué se observa? Román toma el balón, y haciendo gala total y absoluta de su cosmovisión, observa que dos defensores alcanzarán a cubrir el remate al segundo palo. Por ello, espera. Espera. Ya sabe que dos jugadores xeneizes le pasarán por la izquierda, que otro correrá hacia el centro del área, que los defensores rivales, tentados por los movimientos ofensivos de sus compañeros se abrirán. Y ahí, justo en ese momento, ni antes ni después, acaricia el balón y lo acomoda mágicamente junto al poste izquierdo del portero rival.

  • Cuarto Gol – Tiki tiki

Cansados estaremos del juicio niembrobilardista-bielsista del pase intrascendete. Estos lo desprecian por distintas razones, pero lo desprecian al fin. Numerosas veces habremos escuchado los calificativos lento, horizontal, débil, etc. Román para Colazo, Colazo-Román, Román-Colazo, Colazo… Golazo.
Resulta difícil ver dos pases seguidos entre dos mismos jugadores en el fútbol vernáculo. ¿Por qué? Sencillo. Dogma Niembrobilardista: Reventarla y buscar el error ajeno para alcanzar la victoria. Premisa Bielsista: el pase es válido, pero siempre para adelante.
Este gol es un ejemplo de cómo los -mal llamados- pases intrascendentes abren nuevos espacios, de cómo desacomodan defensas rivales, y de como le otorgan confianza al jugador, al sentirse en pleno contacto con el balón y al ver que puede construir una jugada con un compañero. Confianza que lo hace patear desde 25 metros y clavar un verdadero colazo, digo golazo.

Por más funciones. Hasta la próxima.

5 comentarios:

  1. Muy bueno vieja... muy bueno

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  2. Me gustó el comentario, aunque el tinte Romántico puede resultar un poco empalagoso... Destaco cuan completo es el juego de Lucas Viatri, además de reivindicar la actuación de Erviti (la mejor por mucho desde que arribó al club xeneize)y festejar su gran gesto técnico en la asistencia de taco del primer gol.

    Más importante que todo lo anterior, me gustó la lista de jugadores del fútbol local elaborada por Sabella, donde se incluyen jugadores especialistas en su puesto, algo de lo que ha carecido largamente la selección, como Augusto Fernández y el ENORME Emanuel Gigliotti.

    Abrazo de gol!

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  3. Tan enorme es Gigliotti que no me explico cómo es que le hicieron lugar en la lista.

    Aprovecho este humilde espacio para pedir selección YA para Piz, justo en un partido caliente y denso contra un equipo de amarillo.

    Gracias por comentar!

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  4. Martín, absolutamente de acuerdo con tu comentario sobre la lista de Sabella. Celebro la inclusión de "los mejores en su puesto" y no "los mejores y después vemos".

    Gracias por comentar

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