martes, 30 de agosto de 2011

Victoria cómoda antes del primer test serio

El sábado en el horario habitual de las 19 River jugó frente a Desamparados de San Juan su tercer partido de la temporada. Dada la prohibición del ingreso de público, el país se privó de enterarse cómo luce el estadio de Huracán con más del 50% de su capacidad completa. Aquí lo más destacado:
El encuentro comenzó con recuerdos del de hace una semana, en Mendoza: Desamparados presionando sobre la salida de River y partiendo al equipo, que nuevamente intentó sin éxito salir jugando. Ni los laterales ni el doble pivote fueron efectivos en la salida y River estuvo muy largo e inconexo. Además adoleció de recuperación, fruto de la chata jornada de Nico Domingo y del calvo Aguirre, disminuido físicamente. Conclusión: sin ser la gran cosa, el visitante logró neutralizar al local e incluso pudo haber abierto el marcador luego de un cabezazo de un ignoto jugador que Chichizola (de buena faena) rechazó al corner.

Todo cambiaría a los 35 minutos de partido, cuando por primera vez Carlos Sánchez lograra escapar de la cerrada marca rival y enviara un gran pase al vacío (de esos que abren defensas) que su compañero de calvicie Aguirre capitalizara y lanzara en forma de preciso centro al segundo palo para que un tercer pelado, el juvenil Ocampos marcara con un buen cabezazo. Promisoria aparición la del pibe, quien en apenas un par de partidos mostró buen tranco, potencia y buen juego aéreo, además de una irritante tendencia a enganchar hacia adentro y no utilizar la pierna izquierda que espero por su bien y el de todos los riverplatenses que corrija (tiene tiempo de hacerlo).

El propio Ocampos minutos más tarde aprovecharía una mala salida del portero Giordano (no quiero imaginar que habría dicho la prensa especializada y el del error hubiese sido el otro guardavallas) para desbordar a la defensa sanjuanina con una excelente maniobra y enviar un gran centro que dejaría al oriental Sánchez de cara al gol, que luego concretaría con un notable cabezazo. El moreno volante mostró al definir su calidad: imaginemos por un instante que el cabeceador fuera, por mencionar a uno sindicado por la prensa como gran cabeceador, Radamel Falcao. El Tigre sin dudas habría dado un enorme salto e impulsado el balón con una potencia más propia de un disparo con el pie que con la cabeza. Pero, muy posiblemente, la pelota se habría estrellado sonoramente contra el alambrado. Sánchez, que al contrario de lo que se esperaría de un negro atleta de alta competencia, está lejos de ser un portento físico y que hasta el momento no había marcado goles de cabeza, cambió el sentido del balón con un movimiento técnicamente fantástico, hacia abajo, de pique al suelo y a contrapierna del arquero. Inatajable.

La primera parte se fue entre lamentos desamparados del Chavo Fucks por la injusticia que acababa de ver plasmada en el tanteador, para dar paso -como suele suceder- a la segunda. Causa o efecto, lo mejor de River en el partido coincidió con lo mejor de la figura de la cancha, el ya mencionado Carlos Sánchez, y también coincidió con el tramo que me toca mencionar ahora. Aquí las situaciones de gol para River se sucedieron con cierta continuidad, llenando al silencioso aire del Ducó de aroma a goleada. Pero, para sorpresa de todos, en una jugada con varios rebotes y un par de siestas, uno de Desamparados metió un gol (el primero de los sanjuaninos en sus dos visitas a River) y más de uno temió lo peor.

Sin embargo el local puso rápidamente las cosas en su lugar: buena jugada de Ocampos, apertura para Sánchez, centro al segundo palo para Cavenaghi -que venía de errar un gol increíble-, pifia del 9 y ayuda de la fortuna para que el balón le quede boyando frente al arco desguarnecido al mejor jugador millonario, el Chori Domínguez, que convertiría así el primer tanto desde su retorno. Y ahora sí, River hizo algo parecido a florearse frente a un rival muy inferior, a la espera del próximo y crucial choque ante el Quilmes del siempre complicado Caruso. Incluso Almeyda se dio el lujo de hacer ingresar a Mauro Díaz, Andrés Ríos y Gustavo La Pantera Bou, presentando de esa manera una secuela de El Regreso de los Muertos Vivos. El primero y el último además tuvieron serias chances de aumentar al estrellar sendos remates en los postes (si Araujo, POSTES). Pero eso, amigos, ya habría sido demasiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario